Todo empieza con el brillante y rápido sonido del pestillo. En ese momento se me escapan suspiros. Estoy encerrada, nadie más puede entrar donde yo estoy. La habitación no tiene nada en especial, de hecho me atrevería a decir que es una de las habitaciones más vulgares de una casa: el baño.
El sonido que produce el agua al caer me recuerda inevitablemente a esas frías mañanas lluviosas de los meses de invierno. Pero es muy distinto, hace calor. El vapor empieza ha empañar los cristales y a colarse lentamente en mis pulmones. Mi mente comienza en ese momento a despejarse de todo lo que tenia dentro. Siento como la humedad se cuela en mi cuerpo cada vez que me que me quito una prenda, hasta sentirla por todo el cuerpo.
Empiezo a caminar sobre el frío suelo hasta llegar a la ducha. Y es en ese momento en el que me es inevitable pensar en buenos recueros. Sentir cada gota de agua recorriendo tu cuerpo como si de un río se tratara es algo que me calma. Cierro los ojos y veo preciosos paisajes tropicales; grandes cascadas, una selva repleta de animales, especies exóticas...el agua caliente consigue que me evada de la realidad, de sabes que estoy de pie en la ducha, de pensar en que me tengo que poner a estudiar, de sentir las responsabilidades que me esperan tras la puerta.
Pero no puedo evitar que el precioso paisaje desaparezca, todo se borra y vuelvo ha estar en el baño, empapada de arriba a bajo y malgastando litros y litros de agua. Cierro el grifo casi siempre con un sonoro suspiro. Camino hacia el albornoz que me espera colgado del radiador. No hay nada mejor que acurrucarse bien tapadita después de una larga y placentera ducha. Y es en ese instante en el que no puedo evitar pensar en ti.
Todo se acaba con el mismo brillante sonido del pestillo, solo que al acabar, se abre despacio.
El baño es el único lugar donde estoy comodo junto a mi cama xD
ResponderEliminar