Levantar la mirada y solo ver pájaros, mucho pájaros que vuelan libres, que no van a ningún lado, que nada les encierra.
Cada minuto que pasa me siento más encerrada. Sentada en una silla de la que no me puedo levantar, vigilada por miradas que no se apartan ni un instante.
Me oprimen, me mandan, me hacen callar, siempre estoy obedeciendo. Cada vez que se da una orden me encierro un poquito más dentro de mí misma, intentando buscar algo que me libere, que me haga sentir bien o que consiga que me olvide de los barrotes que me encierran. Podrás pensar que soy una cobarde, pero eso no es cierto. No me encierro en mi misma, si no que cojo carrerilla para poder salir de la opresión en la que vivo, poder correr y decir lo que quiera, sentarme donde me apetezca, hablar con quien desee...
Cojo carrerilla para poder volar como los pájaros.